Equilibrio entre vida y trabajo. Oímos hablar de ello constantemente, pero ¿cómo se puede lograr este concepto aparentemente utópico?
Julianne Pepitone, de Hubspot, escribió un magnífico artículo en el que Judy Cascapera, directora de personal de Nestlé, hablaba de sus dificultades en este tema y de cómo las superó desarrollando su «músculo del equilibrio».
En la actualidad, Cascapera se centra en las iniciativas de apoyo al equilibrio para las personas de su empresa. Y es que ella sabe, como nadie, lo que era estar desequilibrada. Al final se hizo la siguiente pregunta: «¿Cómo voy a convertirme algún día en esa líder eficaz de RRHH si ni siquiera cuido de mí misma?».
Cita cuatro áreas específicas de enfoque que ayudarán a construir el músculo del equilibrio, siendo un pequeño «entrenamiento» a la vez.
Empezar poco a poco.
En nuestro mundo impaciente y de gratificación instantánea, tenemos que estar dispuestos a tomarnos las cosas con calma. No podemos arreglar años de malos hábitos de la noche a la mañana. Centrarse en un pequeño cambio a la vez y construir sobre él es un buen comienzo.
Si eres el tipo de persona que simplemente no tiene tiempo para sí mismo, empieza por programar una pequeña tarea y llévela a cabo. ¿Tu coche tiene que cambiar el aceite pero tu mecánico no tiene horario de fin de semana? ¿Necesitas ver a tu dentista? ¿Hay alguna otra cosa que no puedas hacer fuera del horario de trabajo y que requiera quitarle tiempo a tus tareas diarias? Si es así, elige la más importante de esas tareas pendientes y programa una cita ahora mismo. Luego, asegúrate de acudir a esa cita.
Cuando por fin te permitas liberarte la primera vez, pronto te darás cuenta de que la vida, tal y como la conoces, continua sin problemas mientras estabas en el dentista. Ahora te has quitado dos pájaros de un tiro: la cita con el dentista y la creencia de que eras prisionero de tu trabajo y no podías dejarlo.
Ahora tu mente está más libre y despejada para hacer mejor las cosas que necesitas hacer. Tener claridad y disminuir el peso sobre tus hombros puede ser muy satisfactorio y es necesario, de vez en cuando, para asegurar que estás operando a tu máxima capacidad. Despejar el desorden de la mente es tan importante como hacerlo en tu ordenador o estación de trabajo.
Comparte la carga con tus compañeros de trabajo.
¿Las cosas que tienes que hacer te están agobiando? Lo más probable es que tus compañeros de trabajo se sientan igual con respecto a muchos de sus propios retos personales. Divide y vencerás asociándote con alguien de tu oficina para que te cubra las espaldas mientras haces un recado muy necesario, y estate dispuesto a hacer lo mismo por ellos cuando requieran la misma cortesía.
Si os ayudáis mutuamente, podréis seguir haciendo el trabajo mientras os ocupáis de esas tareas molestas que absorben la energía y que parecen alargarse demasiado.
Planifica bien tu tiempo de “trabajo en casa”.
Dejar el trabajo en la oficina tiene su mérito. Puede ser muy liberador, ya que te permite reducir el estrés y no llevarlo contigo durante todas tus horas de vigilia. Sin embargo, si llevarte el trabajo a casa es un requisito de tu trabajo, sé diligente sobre cuándo trabajas. Haz el esfuerzo de programar tu tiempo de trabajo en casa. De este modo, podrás dedicar a tu familia una hora de cena y de cuento para dormir, sin interrupciones, asegurando que ese precioso tiempo siga siendo de calidad.
Entiende que el tiempo es tu activo más valioso.
No importa lo que te digan, el tiempo es el bien más preciado que tienes. Todo el dinero del mundo no beneficia a los moribundos, y nadie ha estado nunca en su lecho de muerte proclamando: «Ojalá hubiera podido trabajar más».
En la vida ocurren cosas, tanto buenas como malas, como un matrimonio, una graduación o un logro importante en la vida. Recuerda siempre que estos acontecimientos son momentos importantes de la vida. No le quites tiempo a estos acontecimientos importantes sólo porque sientas la obligación de terminar la carga de trabajo de hoy. Seguirá ahí mucho después de que haya pasado ese acontecimiento monumental.
¿Te arrepientes de no haber tomado esas vacaciones exóticas y tropicales con las que siempre has soñado? Reserva el viaje. Te vendrá bien.
Nunca se puede sobrestimar el valor del tiempo. Trátalo como el preciado recurso natural que es, porque una vez que se ha ido, se ha ido. Si tu hijo tiene un concierto o un recital importante, o tu tío mayor celebra un cumpleaños importante, asegúrate de estar allí. El trabajo estará ahí, tanto si lo haces ahora como si no, pero puede que ese recital o ese cumpleaños no tenga una repetición. Disfruta de todo mientras puedas y asegúrate de dar prioridad a las cosas más importantes de la vida. Sólo entonces podrás lograr un verdadero equilibrio entre trabajo y vida.