La adaptación hacia la era digital y al nuevo liderazgo puede resultar un proceso natural para algunos, pero para otros es un verdadero desafío, teniendo en cuenta que el mundo digital puede resultar dinámico, turbulento y muy competitivo, lo que requiere de un liderazgo innovador que no rompa de forma contundente con las prácticas del pasado, sino que haga que evolucionen conforme a las exigencias actuales.
La sociedad digital está expuesta al exceso de información, hay infinidad de opciones y resulta muy fácil dispersarse y perder la perspectiva, en consecuencia la cabeza de la organización debe plantearse objetivos claros y concretos, ya que siempre estará en constante comparación y cualquier error puede llegar a la exclusión total, así como los aciertos pueden marcar la diferencia.
No va a ser posible transformar el modelo de producción actual si no se logra un nuevo perfil de líder-directivo.
Detalles en la era digital
Cuando entendemos que estamos a un «clic» de la competencia, entonces debemos cuidar los detalles por muy pequeños que sean. Nunca debemos subestimar el poder de un detalle ya que el mundo digital da una enorme lupa al mercado, la cual permite cuestionarlo todo, y es ahí donde se esconde el fracaso o el éxito de un proyecto.
Versatilidad de liderazgo
El estilo de liderazgo que se requiere en esta sociedad digital debe ser abierto, ágil y flexible ya que los cambios van de forma acelerada. La persona encargada de dirigir una empresa o proyecto debe ser multidisciplinar y multicultural con la capacidad de mantener el balón rodando ante las nuevas exigencias.
Caminar en equipo
Caminar solo no es malo, pero caminar acompañado es mejor, se llegara más lejos, por eso un líder en la era digital debe proyectar ilusión y generar esa motivación de caminar todos juntos, así como sacar lo mejor de cada miembro del equipo, para que todos piensen como lograr el éxito en conjunto y los reconocimientos sean para todos por igual.
Resiliencia = Autoconfianza
Afrontar los fracasos y tener la capacidad de superarlos es inspirador para un equipo, siempre y cuando sus miembros sean capaces de analizar el error, aprender de él, para no repetirlo. La resiliencia permite a las organizaciones asumir riesgos, sin tener miedo asumirlos, lo que da como resultado autoconfianza.
Creatividad
En el mundo digital no hay un manual para solucionar los problemas que puedan presentarse, es por ello que el líder debe acudir siempre a las soluciones aplicando la creatividad, una actitud creativa puede cambiar la visión de un equipo, el líder puede animar al equipo a pensar en cómo optimizar los procesos y a tomar decisiones lejos de la zona de confort.
Nunca es suficiente
El directivo actual debe estar en constante actualización, siempre leyendo, escuchando, atento a cualquier innovación, escribiendo, viajando, explorando y transmitiendo lo aprendido con la mayor humildad, entendiendo que en la era digital «nunca es suficiente».
Inteligencia ejecutiva
La transformación digital requiere de mucha calidad, no solo se trata de introducir la última tecnología a la organización, sino alinear de forma coherente la visión y la cultura organizacional para que el talento humano no dependa de la tecnología, sino que trabajen de la mano, siempre con una visión clara de los objetivos y haciendo de todas las herramientas necesarias para lograrlos. El talento es el medio, la tecnología una herramienta.
El nuevo líder debe tener siempre presente sus valores y compartirlos con su equipo, los clientes, los usuarios y la sociedad, siempre teniendo como bandera la ética y la transparencia, además del camino que vamos a recorrer para obtener los resultados que esperamos personal y profesionalmente.
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