Como líder debes saber cuáles son tus fortalezas, las debilidades, tus metas; y deberás digerir esa información, procesarla y transformarla para luego poder gestionar a otros con una mente más enfocada. En el siguiente artículo, hablaremos de las bases emocionales del líder innovador.
Todos somos emocionales
Ser un líder no solo requiere tener la actitud, sino que se trata de tener inteligencia emocional y trabajar desde la autoconciencia y la empatía, para poder ejercer el cargo de forma orgánica y que puedas servir de ejemplo para quienes te siguen.
Las emociones son una parte natural del ser humano y a pesar de que varían dependiendo de cada persona, todos sentimos. Por ejemplo, los doctores o los psicólogos no es que no tengan sentimientos solo porque, en ocasiones, deban suprimirlos.
Entonces, todos los profesionales y las personas en general toman sus decisiones en base a lo que sienten, porque son emocionales; sin embargo, es posible tener control de lo que sentimos, pensar en frío y actuar de forma más sensata.
Focalización
Antes de empezar a pensar en tu vida como líder es importante que te enfoques y actives las bases de tu inteligencia emocional. Deberás estar al tanto de cómo funciona tu capacidad de reacciones ante diferentes situaciones, pues así sabrás cuál es el alcance de tus emociones.
Vale destacar que en el liderazgo es justo y necesario dejar las peleas de ego y arrogancia muy lejos de tu entorno. Tienes que saber y aprender a escuchar, generar confianza y mostrarte como tus iguales.
A continuación, seguiremos adentrándonos en las claves que necesitamos para focalizar el liderazgo explotando tu inteligencia emocional:
Deja atrás la arrogancia y el egocentrismo
Estos dos comportamientos también son naturales del ser humano, pero no tienen que ser predominantes. Mientras más las controles es mucho mejor y, si quieres ser un líder, tienes que lograr mantenerlas al margen.
El egocentrismo dificulta el trabajo de reconocimiento del individuo, así como su autoevaluación, ya que está empañado por una sensación de superioridad (el ser arrogante). Por otro lado, lo que sí debes hacer es alinear tus pensamientos hacia la empatía y la comprensión.
Otros factores como aprender de los errores y saber escuchar, te ayudarán en la toma de decisiones y en la aplicación de cambios.
Inteligencia interpersonal e intrapersonal
Esta tiene que ver mucho con cómo nos relacionamos con los demás. Y sí, la empatía es uno de los factores predominantes. Lo ideal es conocer a quienes te rodean, ver cómo es su comportamiento contigo y evaluar si tú das el mismo trato, pues la reciprocidad también es necesaria.
Por otro lado, la inteligencia intrapersonal trata de una autoevaluación en la cual nos reconocemos desde una perspectiva más realista y luego determinamos cómo funcionan nuestras emociones.
Transparencia y humildad
En este caso, ser humilde no tiene que ver con no presumir de lujos o logros, sino que está más enfocado a que la humildad trata de que aceptemos nuestros errores, de forma genuina, y así entender que nadie es dueño de la verdad, pero se pueden debatir los puntos de vista.
Es ideal que un líder se muestre como es, pues todos se pueden equivocar y rectificar; la transparencia es importante, y así como te proyectas puedes exigir lo mismo para ti.
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